miércoles, 8 de julio de 2009

Wilmer Caldera: la esencia musical del violín




Desde los 8 años de edad, Wilmer Caldera ha cautivado a la población zamorana con sus notas musicales, al tocar con suavidad y pasión a su apreciado violín. Debido a su destreza con el instrumento de cuerdas, se ha hecho merecedor de pertenecer a las filas de la orquesta infantil Francisco de Miranda, de Guatire, como asistente de primer atril de los segundos violines


Carlos E. Lizarraga Fotos: Ubi Vargas


Wilmer, con un carácter ecuánime, tiene una sonrisa perturbadora, y una mirada apasionante cada vez que hace sonar el violín. Su existencia está plasmada como la de cualquier niño. Con apenas 14 años de edad, la música le ha dado infinidades de experiencias que han nutrido y hecho de él, lo que es hoy, un gran expositor musical.


Él, interpretando partituras a tientas en el silencio, descubre partículas de verdad, pequeños cristales que caben en la palma de su mano y justifican su paso por este mundo, al que llegó el 29 de diciembre de 1994.


Raíz revolucionaria
Desde temprana edad, Wilmer y su hermana Eliana, han estado bajo una educación de valores socialistas, debido a que sus padres, Wilmer Caldera e Ivette Chirinos, se han regido por la ideología izquierdista, enseñándoles a sus hijos el valor por el arte y la música. En tal sentido, el pequeño violinista ingresó desde muy temprano al universo de la música, cuando estaba en el preescolar a los 4 años de edad, después, entre los 7 y los 9 años, estudió teoría y solfeo con el profesor Pedro Muñoz, en el CEA, y más tarde pasó a integrar las filas de la Orquesta Infantil Francisco de Miranda, de Guatire, donde está actualmente como asistente de primer atril de los segundos violines.


Figuras musicales
Este portentoso adolescente con tan sólo 14 años de edad, tiene como principales figuras musicales a Gustavo Dudamel, al Maestro José Antonio Abreu y al internacional Isaac Perman.


Asimismo, cuenta Wilmer que “unos de los conciertos más simbólicos para mí fue ‘Miranda en Concierto’; en el Teatro Teresa Carreño, específicamente en la sala Ríos Reyna, donde se reunieron todas las orquestas del Estado y estuvo apoteósico de público, el cual nos aplaudió hasta más no dar”.

Toda una vida por delante
Muchacho determinado, que deslumbra por la elocuencia de su discurso, por su timidez, por eso tan límpido que transmite, por esa cualidad transparente que no sólo es inocencia, sino auténtica rectitud. Ha recibido mucho de la música entre aplausos, sueños hechos realidad, viajes y mucha admiración.


Poesía musical para los oídos

En la entrevista que le hizo el Semanario Cambio, Wilmer Caldera tomó su instrumento de cuatro cuerdas, templadas de quinta en quinta, regaló un par de piezas poéticas que enmudecían nuestras voces por las ondas que emanaba su violín .


En la actualidad, Wilmer, quien estudia segundo año de bachillerato en el colegio Doña Benilde, tiene todo un sendero musical por delante. Él es uno de los ejemplos de perseverancia y responsabilidad ante los retos que nos impone la vida.


La música le satisface más que nada en el mundo, su vida la ha dedicado a prepararse para ello; contando siempre con el apoyo de su familia ha demostrado estar en el pedestal de la orquesta infantil Francisco de Miranda, de Guatire.


“Para mí, estar en la orquesta ha sido uno de mis sueños; desde muy niño me gustó siempre el violín. Hago un llamado a esos niños que desean tocar algún instrumento, a que vayan para cualquier institución donde den clases de música y se sumen a este magnifico mundo”, dijo el adolescente violinista, Wilmer Caldera.


Su abuela, Lola Cabrera, muy eufórica por la entrevista que le hace Semanario Cambio a su nieto, nos comentó que “Soy la fan número uno de mi nieto. Cada vez que se postra en el escenario y toca sus bellas notas en el violín, hace que se me salgan las lágrimas de orgullo”

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